Homenaje a los Héroes del 2 de Mayo

 El Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española han vuelto a honrar a los Héroes del 2 de Mayo de 1808, en el monumento sito en el Paseo del Prado de Madrid. Al son de "La Muerte no es el Final", fueron colocadas en la verja las 5 rosas rojas simbólicas, adornadas con el lazo en raso de la bandera nacional. Después se rezó un Padrenuestro por el alma de cuantos han dado su vida por España a lo largo de la historia.
 Después, José Luis Corral pronunció un breve discurso recordando que aquellos madrileños del 2 de mayo de 1808 dieron su vida en un gesto de rabiosa independencia, de rebeldía y de afirmación de los ideales cristianos y nacionales frente a las tropas invasoras de la potencia que encarnaba la Revolución Francesa de 1789, impía y anticristiana.
Hoy en día, aquellas ideas de los invasores son las mismas ideas de todos los que gobiernan en España. Por eso, si entonces la Guerra de la Independencia nos costó 100.000 muertos cada año, hoy son 120.000 las víctimas inocentes de un aborto firmado por todos los poderes del estado y defendido y asumido por todos los parlamentarios de unas Cortes que tienen su sede a pocos metros de aquí.
El resto de males que padecemos viene ocasionado también por esas ideas de la vieja Revolución Francesa, por el liberalismo democrático: crisis, corrupción, paro, pobreza, carestía, inseguridad e invasión migratoria que es muy preocupante cuando se trata de aquellos otros invasores a los que hubimos de combatir más de 8 siglos, los musulmanes, que aseguran un futuro dramático y conflictivo si siguen asentándose en grandes cantidades, en contraste con la baja natalidad de los españoles.
Por eso se hace necesario volver a los viejos principios y seguir el ejemplo de los Héroes del 2 de Mayo.
A continuación, se recitó colectivamente la Oda del 2 de Mayo, de Bernardo López García, terminándose con el Himno Nacional, cantado con la letra de José María Pemán.
Sorpresa en muchos viandantes, tanto peatonales como automovilísticos, algunos de los cuales se hicieron fotografías, se quedaron y solicitaron los calendarios y el poema.
Un acto testimonial, pues no siempre se trata de movilizar a miles, sino de estar en la calle y demostrar que unos pocos pueden hacer y decir algo, dando ejemplo.